sábado, 12 de abril de 2014

La cura del Cancer

En Medicina son de sobra conocidas las historias de falsas curas para el Cancer, una enfermedad, que hasta ahora sigue siendo una sentencia de Muerte para el que lo padece, y para la cual, los estafadores han desarrollado no pocos "productos milagro".

Sin embargo, de la memoria medica mexicana de esa epoca he oido desde mi infancia, un rumor, que poco a poco se ha ido convirtiendo en una ola enorme, de un Medico que podia curar el cancer, de su tratamiento de un grupo de pacientes, con un nivel de exito del 80%, pero tambien de su misteriosa desaparicion y caida en el olvido, (excepto de sus pacientes).

La Historia esta llena de incertidumbres y falta de pruebas, de hechos y dichos contradictorios, absurdos o increibles, y de lo que parece ser una aproximacion heterodoxa a la medicina, la historia me parece tan absurda, que podria ser real.

La Historia cuenta que los pacientes con Cancer a finales de los cincuentas o posiblemente a principios de los sesentas, eran referidos extraoficialmente por el personal medico mas capacitado, con un Medico que trabajaba cerca o en el Mercado de Jamaica, el cual les proporcionaba iun tratamiento, que simplemente podria calificarse de herejia pura en el mundo de la Medicina, pero que daba resultado.

Y es aqui a donde la Historia empieza a adquirir tintes increibles, porque el Medico no lo era de humanos, sino era un Veterinario Militar, que carecia de todo apoyo oficial (que raro en nuestro pais), pero que tenia un gran interes por la Medicina Tradicional, pero con el cual combinaba un profundo conocimiento experimental, mas en la tradicion de los modernos laboratorios Extranjeros, que envian equipos multidisciplinarios a extraer los secretos de los Medicos Tradicionales y Brujos, para despues patentarlos y hacer mucho, pero mucho dinero, la gran diferencia, es que este Veterinario vivio en una epoca en que esos conocimientos eran abundantes y mucho mas profundos.

Posiblemente en su carrera militar, llego a alguna zona a donde habia una fuerte tradicion de Medicina Tradicional, y observo los efectos fisiologicos de algunas de sus preparaciones, entendiendo que esos conocimientos de siglos tenian la respuesta a preguntas que nuestra bisoña bioquimica aun no comprendia. Segun sus pacientes, el medico los trataba con dos medicamentos, uno eran pastillas, preparadas con vegetales, segun uno de ellos, con una forma y sabor parecida a las hojas de betabel y un liquido ligeramente rosaceo, que se inyectaba. El  periodo de tratamiento era por semanas, con una inyeccion semanal, hasta que el cancer cedia y el paciente se recuperaba.

Los efectos secundarios de esos medicamerntos eran muy fuertes, una intensa fiebre, que bajo sus instrucciones, no debia de cortarse, y aqui empece a aceptar la historia como valida, porque estudios recientes han comprobado que las celulas cancerosas, son mas sensibles a la temperatura, que las normales; pero inducir fiebre a un paciente es un anatema en la Medicina Moderna, comprensible, por las graves consecuencias que ello trae, y es este paso el que hace al tratamiento poco viable en la experimentacion moderna, ninguna empresa farmaceutica, ni hospital podria darse el lujo de causar daños permanentes a ningun paciente (aunque se oferezca voluntario como conejillo de indias), pero nosotros hablamos de Mexico, ese pais a donde a nadie le importa lo que sucede en la siguiente esquina, y las autoridades son omisas, y el estado de Anarquia es tal, que la experimentacion medica puede llevarse a cabo en humanos, solo con consentimiento verbal..

Como suele ser normal, un paciente, despues de recuperar la salud, se olvida del Doctor, nadie pudo establecer que paso con el Medico, ni siquiera su nombre pudo ser confirmado, solo que era ya de avanzada edad, y que sus hijos no decidieron seguir sus investigaciones, todo desaparecio, para los setentas, cuando se referian pacientes a su tratamiento, no lo encontraron, ya no existia nada de el, y como suele suceder muy frecuentemente en la Historia de Mexico, sus logros, su nombre y su fama, se han olvidado.